Hace poco más de tres meses, el Celta visitó el Bernabéu en el marco de los octavos de final de la Copa del Rey. Aquel partido acabó con 5-2 para los de Ancelotti, que debieron recurrir a la prórroga para sellar su clasificación.
Aunque el resultado fue abultado, Claudio Giráldez y sus hombres emprendieron el viaje de regreso dándole vueltas a un partido que podrían haber ganado y que tal vez no les dejaron ganar.
Sin duda, la jugada del partido se dio a los 37 minutos, cuando Mbappé anotaba el 1-0 justo después de que Lunin, meta merengue, derribara claramente a Swedberg, delantero gallego, sin que ni el colegiado (Munuera Montero) ni el responsable del VAR (Hernández Hernández) decretaran el clarísimo penalti.
Tranquilo, Claudio Giráldez tiró de diplomacia/ironía en la sala de prensa: "Soy joven y debo formarme con el VAR porque no acabo de entenderlo", fue su respuesta al ser preguntado por la acción.
Ancelotti, aquella vez, se escudó en que no había visto la acción y que por tanto, no podía juzgarla.
Starfelt, que regresará al equipo tras lesionarse ante el Espanyol en Balaídos, será la gran novedad del Celta este domingo (14:00), cuando el destino le brindará la posibilidad de tomarse la revancha deportiva de aquel atropello.
Impulsare hacia Europa será el otro gran acicate de los gallegos, que quieren apuntalar una sexta plaza que les asegura participación en la Europa League el próximo curso, lo que sin duda sería un éxito extraordinario para un equipo en plena transformación.
El escenario parece ideal: se medirá a un Real Madrid con lesionados, bajas y heridas morales tras su derrota en la final de Copa contra el Barça.
Motivado estará también Iago Aspas, consciente de que puede ser una de sus últimas visitas al coliseo blanco. Con el reto de ganar al único equipo al que no ha logrado vencer en su larga y prolífica carrera: dos empates y 18 derrotas es su palmarés contra los blancos.
Poder romper estas cifras será su gran esperanza, si Claudio Giráldez le da minutos a un jugador que este curso ha debido adaptarse a la nueva realidad de la plantilla celeste, obligada a reinventarse y en la que Iago, leyenda viva del club, está perdiendo peso en cuanto a minutos.
Redención o castigo, ese parece ser el dilema al que el Celta obligará al Real Madrid a enfrentarse este domingo en el recinto madridista, con la incógnita de cómo recibirá la afición local a los suyos.
El runrún en el madridismo sobre Ancelotti y la posibilidad real de acelerar el adiós del equipo a LaLiga, antes de visitar incluso al Barça en Montjuïc, acaban de dibujar el escenario en el que un Celta 'herido' visita este domingo el Bernabéu. La Copa, también para el equipo vigués, aún duele.
