Andy Carroll, de 35 años, es un tipo peculiar dentro del mundo del fútbol. Siempre ha tenido unas condiciones para hacer una carrera histórica, que por unas u otras razones ha estado repleta de picos altos y bajos. O lo quieres cerca o lo quieres lejos, no deja nunca indiferente.
Fiel a su personalidad, que le lleva a tomar decisiones únicas, entre semana fichó por el histórico Girondins de Burdeos, que tras un descenso administrativo por problemas económicos juega en cuarta división. Debutó con un doblete y los aficionados, que no están dejando solo al equipo a pesar de la categoría y de que todavía no han ganado ningún partido, se agarran a él para volver a ser en algún momento lo que eran. Entró al campo con 0-2 y anotó dos tantos para rascar un empate.